Chontaduro, el Fruto del Amor
El chontaduro es un fruto de la palmera amazónica, un alimento versátil y nutritivo, considerado un potenciador sexual al que se adjudican propiedades afrodisiacas.
José Manuel Iglesias, WGI Secretary-General.
El chontaduro entra en la categoría de las frutas, concretamente es la drupa de una palmera (Bactris gasipaes), que puede llegar a alcanzar los veinte metros de altura. En las zonas donde estas palmeras se elevan a los cielos como surtidores, son reconocidos sus valores gastronómicos, económicos, culturales y ecológicos, constituyendo un recurso del que muchas comunidades obtienen alimento, material para la construcción y fabricación de múltiples artículos, incluyendo la artesanía.
El carnoso fruto tiene un hueso en el centro y un aspecto que muchos comparan con un níspero con forma de corazón. Presenta una gran diversidad de colores que pasan por la gama de amarillo, naranja, rojo y granate o el verde, así como se encuentra en diferentes tamaños dependiendo de la variedad y lugar, yendo de los tres a los diez centímetros.
Sus propiedades nutritivas y saludables son evidentes y están contrastadas científicamente, pero en muchas ocasiones para elegir esta fruta prevalecen las creencias atávicas, que adjudican al chontaduro propiedades como estimulador sexual, asegurando que su consumo incrementa el deseo amatorio. Como consecuencia de las cualidades que se le atribuyen se puede escuchar en los puntos de venta el chascarrillo de que el chontaduro «da fuerza… en la mirada» o el eslogan «Pura energía, Fruta afrodisiaca». El mito no acaba en las presuntas proezas sensuales a las que incita, se extiende a la fertilidad, que las vendedoras callejeras vocean con asiduidad, «El que come chontaduro, muchacho seguro» o el anuncio verbal de «Se acuestan dos y amanecen tres» con que las vendedoras tradicionales pregonan las bondades del producto.
La práctica totalidad de los expertos están de acuerdo en que el mejor despertador del apetito sexual es el cerebro, y que no hay investigaciones serias que confirmen que el chontaduro funcione como catalizador del deseo, pero no deja de ser cierto que los componentes que contiene el chontaduro pueden influir en un aumento del flujo sanguíneo, con lo que es probable que como dice el refrán, «Cuando el río suena, agua lleva».
Sea por efecto placebo o con base práctica, los fans del chontaduro aseguran que funciona.
Procedencia
Las palmeras que producen los chontaduros crecen de forma natural en Centroamérica y Amazonas, tardando unos cinco años en fructificar en grandes racimos, aunque este tiempo puede reducirse a dos años al ser cultivadas, lo que convierte a esta palmera en una producción agraria interesante, que puede ser rentable y sostenible. Hay numerosas zonas en las que sus pobladores viven de la recolección el chontaduro silvestre, si bien las plantaciones son especialmente frecuentes en Colombia y en Brasil, país puntero en llevar esta fruta desde la cuenca amazónica a otros lugares en los que se dan buenas condiciones climáticas y de suelo, especialmente en la región de Bahía, donde se cultiva con éxito desde hace cinco décadas y la temporada de cosecha va de noviembre a marzo. Una de las características más destacables que hacen de esta palmera –también conocida como ´Chonta`- una planta de alta producción es que su vida hábil es larga, existiendo datos de que en plantaciones en Costa Rica se han explotado las mismas plantas durante más de dos décadas sin necesidad de ser renovadas y los expertos aseguran que su vida productiva puede llegar a los setenta años.
En Colombia hay dos temporadas de cosecha, la primera que va de enero a mayo, y la segunda de agosto a noviembre.
Afrodisiaco en la cultura popular
Las presuntas propiedades sexuales del chontaduro están documentadas desde la época prehispánica y en las crónicas del Descubrimiento se narra que el fruto fue ofrecido por los indígenas a Cristóbal Colón, describiéndose en los anales de época la ´Danza del Chontaduro`, una suerte de baile colectivo de marcado sentido erótico que los nativos celebraban como ritual. Hace unos cuatrocientos años, la etnia de los Guaymies tenía sus fiestas más representativas con la cosecha del chontadouro, que ya entonces conocían por el nombre de 'Pijibae' que permanece como denominación en muchos lugares de América.
El químico Dr. Jaime Restrepo Osorio, de la Universidad del Valle (UniValle, Cali) Colombia) es uno de los mayores expertos mundiales en el chontaduro y entre las investigaciones que realizan en el Grupo de Investigación en Productos Naturales y Alimentos (GIPNA), asegura que como científico no puede afirmar que una dosis concreta de chontaduro tenga un efecto afrodisiaco, pero sí confirmar que es un alimento nutricionalmente completo.
Aunque no hay estudios sólidos que avalen la teoría excitante, es muy probable que si se pasea por un mercado local en Cali se oiga anunciarlo como la «Viagra colombiana». Cierto es que está demostrado que los altos niveles en aminoácidos –como sucede con los chontaduros- hacen dispararse a las hormonas y aceleran la circulación de la sangre, por lo que atendiendo al refrán italiano «Se non è vero, è ben trovato» (si no es cierto, está bien contado), no sería desdeñable pensar que futuras investigaciones puedan confirmar que el chontaduro realmente incide en el comportamiento sexual. De lo que no hay duda es que es un alimento sano y energizante y, algo de esa potencia que aporta puede influir en todas las funciones que exigen un desgaste físico. En todas.
La sabiduría popular suele estar basada en la experiencia empírica, por lo que la hipótesis no es desechable y bien podría ser que entre las propiedades del chontaduro figure la capacidad de estimular la libido o de actuar sobre el sistema cardiovascular, con obvias consecuencias. Mientras se buscan evidencias médicas, el consumo de chontaduro está recomendado por sus excelentes propiedades nutritivas, y para quienes busquen un estimulante natural, probar es fácil.
Formas de consumo
Esta fruta se puede comer cruda, aunque puede causar cortecitos en la lengua al contener cristales de oxalato de calcio y de sodio, por lo que la forma de consumo más habitual es cociéndola previamente en agua con sal. Así se evita el riesgo de accidente, sin perder sus propiedades nutritivas y organolépticamente incluso mejora. El proceso de cocción arraigado en las costumbres es dar al fruto un largo tiempo al fuego, desde hora y media hasta cinco horas, pero se puede cocinar en olla rápida en media hora e incluso el resultado en microondas es muy aceptable. La fruta suele ir aderezada con sal o miel, al gusto. Hay quienes añaden otros ingredientes como leche condensada, zumo de limón, o vinagre.
Con el chontaduro se pueden hacer helados, jugos -unos zumos que incluso están elaborados por varias marcas- e industrialmente se comercializa el fruto envasado en conserva con almíbares. En Europa pueden encontrarse los botes de cristal con chontaduros en almíbar, a un precio aproximado de 10 € el kilo y suelen hallarse en las secciones de alimentos latinoamericanos de las Grandes Superficies y en establecimientos especializados.
Existen otras elaboraciones preparadas con chontaduro como vinos y licores, cervezas (en algunas zonas llamadas ´Chicha`), mermeladas y jaleas o harinas con las que, entre otros productos, se hace el Pan de Chontaduro y se elaboran numerosas preparaciones, las mismas que con otras harinas.
En el capítulo del emprendimiento, una pequeña compañía de Dosquebradas (Colombia) ha desarrollado unos Chips de Chontaduro que están introduciendo con éxito en los mercados, comercializándolos como un snack a modo de aperitivo, que en Colombia llaman ´pasabocas`.
Además de los frutos, la palmera Bactris gasipaes también proporciona otros alimentos de consumo, como los palmitos (brotes comestibles) y un excelente aceite de palma que se extrae de las semillas.
Los residuos que resultan de procesar los chontaduros suelen utilizarse para alimento animal y como abonos fertilizantes.
El chontaduro en la cocina
Muy apreciado por las poblaciones autóctonas centroamericanas y amazónicas, la costumbre más extendida es degustar el chontaduro hervido –generalmente con sal-, solo o para acompañar otros platos. No es infrecuente que se los chontaduros se asen al horno o en barbacoa. A pesar de que pueda existir algún partidario de su consumo en crudo, esta opción no es viable y nunca debe consumirse sin cocinar –aviso para los crudívoros- ya que los chontadouros contienen unas formaciones cálcicas que pueden dañar la mucosa bucal así como resultar indigestos, problema que deja de existir si se cuecen. Un buen truco es introducirlos a hervir en agua salada sin arrancarlos de la rama y, cuando se desprendan de esta, ya están en su punto, aunque esta práctica tiene detractores que argumentan que así no absorbe la sal. Para quienes no hayan tenido experiencia culinaria con el chontaduro, es aconsejable saber que la piel, la cáscara, no se come y hay que pelarla antes de ser procesada o consumida sin más, con su toque de sal, un poco de mantequilla o aderezada con dulce miel de abeja..
Como sucede con la mayoría de alimentos, cuando son cocidos se transforman sus cualidades organolépticas y en el caso del chontaduro el resultado tras la cocción es una fruta de agradable sabor, textura similar al del boniato y un aroma que recuerda al maíz verde con tonos de castaña. En ensalada se puede combinar con otra parte comestible de la misma palmera, el palmito, con el que armoniza de forma natural. El palmito en realidad no es sino el brote de palmera, que aún no se ha desarrollado y al reunir dos partes de la misma planta, aun tan diferenciadas, se consigue una acertadísima mezcla de texturas y sabores, que puede incluso mejorarse si se añaden también unos chontaduros en almíbar para buscar contrastes de paladar, sin salir de la misma palmera. Los palmitos de chontaduro son muy estimados ya que a diferencia de los palmitos de otras palmeras, estos no se oscurecen al recolectarlos.
Los aromas saporíferos del chontaduro armonizan excelentemente con las fragancias del café, y en diversas poblaciones colombianas es costumbre degustar la combinación, siendo costumbre local en distintas poblaciones colombianas comprar unos chontaduros cocidos en un carro buhonero y consumirlos en una cafetería junto a un ´tinto` (café negro). En la zona de Chocó en Colombia suele servirse asado, como guarnición para acompañar platos de carne. En toda el área de Pacífico se preparan pescados con salsa de chontaduro, y aunque las recetas varían dependiendo de zona y cocina, la fórmula es exitosa y está muy asentada en la culinaria popular.
Tanto en Costa Rica como en Colombia gustan de preparar la Sopa de Chontaduro, con caldos de ave, res o pescado. En salado, una elaboración habitual en diversos sitios es rellenar el hueco del hueso en las mitades con mayonesa o crema agria, pudiendo gratinarse posteriormente o no. Otra elaboración en la que es posible que intervenga como ingrediente es en el Ceviche, plato al que realmente transforma tanto que debería llamarse de otro modo.
En Brasil cuentan con varias especialidades elaboradas con esta fruta, que denominan como ´Pupunha`: el Pirão de pupunha, en el que se prepara un puré con la pulpa, aliñado con las grasas que deja la cocción, o el Bolo de pupunha, un pastel en el que intervienen también el huevo, la leche de coco y el azúcar.
Entre los usos más frecuentes en asuntos coquinarios el chontauro destaca como ingrediente protagonista en ensaladas y entre los platos más reconocidos está la Sopa de Chontaduro con Calabaza, de la que hay quien dice que recuerda a la Crema de Castañas Asadas. Otra elaboración muy significativa es la Crema Pacífico (preparada con mariscos) con coco y chontaduro.
La coctelería tampoco es ajena al conocido como ´Fruto del Amor` y su jugo es utilizado en diferentes combinados, siendo mezclado con ron o sustituyendo al zumo de cítricos en clásicos como el Margarita o el Daiquiri. Existen cócteles considerados afrodisiacos que no llevan nada del desinhibidor alcohol, y se preparan mezclando el jugo de chontaduro con otros ingredientes también considerados como estimulantes, desde las hormigas culonas –tan exóticas en algunos países como populares en otros- o las proverbiales y consabidas ostras. La mezcla de una ostra con jugo de chontaduro, sal, pimienta y chilli resulta sorprendente.
Propiedades saludables
Las drupas anaranjadas del chontaduro son un fruto muy equilibrado y nutritivo, rico en proteínas, almidones y vitamina A, además de aportar ácidos grasos esenciales como el Omega 6 o el Omega 3, que interviene en el crecimiento y el desarrollo hormonal. Tiene casi tanto calcio como la leche y cada pieza alimenta como un huevo, por lo que es un alimento muy completo.
El alto poder nutricional se argumenta por un alto contenido de fibra, ß-caroteno y aceites. El chontaduro contiene ocho de los veinte aminoácidos esenciales conocidos y las sustancias proteicas que se generan por este motivo colaboran a la buena salud muscular y a vigorizar uñas y cabellos. Su contenido en carotenos es mayor que el de la zanahoria.
Los niveles de Vitamina A son tan elevados, que 100 gramos de chontaduro aportan el 1500% de la dosis diaria mínima recomendada por la Organización Mundial de la Salud de Naciones Unidas.
El Dr. Restrepo de Univalle asegura que es un antioxidante que ayuda a prevenir las cardiopatías.
Su bajo índice glucémico lo convierte en un alimento apto para diabéticos. Entre las bondades del fruto se asegura que retrasa el envejecimiento, colabora a controlar los niveles de colesterol LDL y fortifica el tejido óseo. Puede ser muy apto para dietas de adelgazamiento ya que tiene un poderoso efecto saciante por su aporte en fibras.
El CGIAR (Consultative Group for International Agricultural Research) también se ha ocupado de estudiar el chontaduro. El CGIAR es una Organización internacional que tiene como misiones la reducción de la pobreza extrema rural, aumentar la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición humana y asegurar la sostenibilidad de los recursos naturales; una de las quince sedes –Centros de Investigación- del CGIAR está situada en Palmira, a unos quince kilómetros de Cali, denominada como Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT). En este CIAT el equipo liderado por el Dr. Dominique Dufour (especializado en Ingeniería y Ciencias de la Alimentación), ha investigado sobre el chontaduro, y entre los resultados presentados se conoció que el fruto contiene cristales de metales preciosos como oro y platino, verdaderos estimuladores del sistema inmunológico.
Recurso económico
Aunque en otras latitudes son más conocidos otros frutos de palmeras como los cocos o los dátiles, esta bella planta del chontaduro, la Bactris gasipaes, constituye en Brasil una gran alternativa agronómica de la industria palmitera, ya que tiene características idóneas para sustituir con ventajas la explotación con fines extractivos respecto a otras palmeras autóctonas de la Amazonía, como el Açaí (Euterpe oleracea) o la Juçara (Euterpe edulis), conocida popularmente como Palmito, que tienen restricciones legales por estar en riesgo de extinción. La producción de palmitos de chonta resulta sostenible en las Matrizais brasileñas (enormes áreas de cultivo de palmeras) gracias a su rápido crecimiento, baja necesidad de replantación, buena rentabilidad y a los numerosos usos que se da a toda la planta, que no deja de ser un gran árbol sin ramificaciones.
Diferentes estudios técnicos sobre el chontaduro coinciden en asegurar que es un producto a desarrollar convenientemente en zonas geográficas concretas que reúnan los requisitos agrícolas idóneos, para lo cual es imprescindible catalogar la treintena de variedades existentes de chontaduro (entre las que sobresalen ´Rojo Cauca`, ´Rojo Costeño`, ´Amarillo Costeño` y ´Verde Costeño`), que presentan divergencias morfológicas y de propiedades, a fin de seleccionar las mejores para los cultivos entre la diversidad genética existente.
El negocio del chontaduro mueve millones de dólares todos los años y presenta una gran oportunidad para incentivar la economía social a pesar de que en estos momentos se pierde más de un sesenta por ciento de la producción por el modelo de explotación. Un programa serio promovido desde Organizaciones Internacionales de acuerdo con los Gobiernos y actores, podría multiplicar los resultados positivos y generar aprovechamiento real a gran escala.
Desde las Administraciones Públicas de Santiago de Cali –nombre oficial de Cali, Colombia- se promueve que la explotación de los productos de la palmera del chontadouro se convierta en una fuente de riqueza para los caleños, muy especialmente para el colectivo afrodescendiente, que ha estado ancestralmente ligado al producto desde que se tiene noticia y que lamentablemente, a día de hoy, sigue siendo una comunidad económicamente vulnerable. A estos efectos, se busca promocionar el emprendimiento, cuyos cultivos prosperan gracias a la nueva realidad colombiana tras el proceso de pacificación del conflicto que asoló la zona y a sus pobladores durante tanto tiempo pero que, afortunadamente, ha dado paso a un país emergente, vivo, ansioso por prosperar. Asimismo, se están estableciendo vías de exportación, especialmente a Hong Kong (China), con una buena receptividad por parte de los compradores. Una acción que, de llegar a tener éxito a medio o largo plazo, beneficiará a toda Colombia, sirviendo de ejemplo de responsabilidad social y medioambiental. Para más ende, si los asiáticos se convencen de sus propiedades afrodisiacas, podría ser un sustitutivo de otros ingredientes a los que se achaca cualidades similares y que están por este motivo en peligro de extinción.
Identidad cultural
El chontaduro es uno de los cultivos precolombinos más arcaicos que se conocen en América y los primeros exploradores españoles ya encontraron en Costa Rica una plantación con más de treinta mil ejemplares de palmera domesticada, proporcionando un alimento que suplía al maíz presente en otras zonas. La explotación de la palmera Bactris gasipaes, sea en recolección o en cultivo, está tan ligada a las culturas humanas que ha influido e influye en muchos aspectos vitales, pasando a formar parte de las civilizaciones y tradiciones más seculares, llegando hasta nuestros días.
Uno de los pueblos más identificados con el chontaduro es la etnia Shuar que habita las tierras bajas del Amazonas, ocupando territorios administrativos de Ecuador y Perú. Estos indígenas también son conocidos como Jíbaros -si bien ellos rechazan esta denominación- y son una de las comunidades selváticas más numerosas, siendo muy conocidos allende sus fronteras por la costumbre ritual de reducir cabezas, actividad que han mantenido como tradición de gran simbolismo en las guerras entre las propias tribus Shuar.
Para esta comunidad amazónica sus mitologías están vinculadas directamente con la naturaleza y creen en unos seres superiores que personifican distintos fenómenos y situaciones. En este contexto, el chontadouro representa al mito del Uwi, que se corresponde con la abundancia. Durante la cosecha de estos frutos realizan ritos en los que ruegan para que haya fertilidad en animales y plantas, vigor para el ser humano y que fermente bien la ´Chicha de Chonta`, una bebida alcohólica preparada con las frutas.
Cali, una de las ciudades más antiguas de América, puede considerarse tácitamente como la ´Capital del chontadouro` en Colombia, ya que el municipio está muy vinculado con el fruto, que tiene una presencia inmemorial y constante en la población y su zona circundante.
En el Equipo de Dr. Restrepo de la Universidad del Valle han estudiado sus componentes y propiedades, cubriendo una necesidad de investigación e información y asumiendo que Cali es el lugar donde hay que desarrollar la experimentación por la importancia que tiene para los caleños.
Cali es el centro neurálgico del Valle del Cauca colombiano, la ciudad a la que llegan los chontaduros desde otras poblaciones del Cauca, desde el Caquetá o el Chocó, Caldas, Putumayo, Todó, Risaralda o Buenaventura, formando parte de la identidad cultural de los caleños, ciudad conocida como «la sucursal del cielo», en la que incluso hay un emblemático parque llamado «del chontaduro», o en la que existe un monumento dedicado a las vendedoras tradicionales de esta fruta. La escultura en bronce denominada «La negra del chontaduro» homenajea a las mujeres que viven de esta actividad, pero sobre todo representa la cultura y raíces del Pacífico colombiano.
Con pasear por la ciudad es fácil encontrar una de estas vendedoras por las calles, con los chontaduros en un carrito o portados en un gran plato -llamado Platón por su tamaño- sobre sus cabezas, especialmente en las cercanías de los hospitales, ya que es un regalo típico para llevar de visita a enfermos, con la intención de que las sanas propiedades del fruto ayuden en la recuperación de los dolientes. La costumbre además de sana, ayuda a la pobre economía de estas mujeres que forman parte del paisaje urbano de Cali, siendo conocidas como las Platoneras, que proverbialmente son de raza negra y que suelen estar en situación de desprotección. Muchos colombianos adquieren chontaduros no sólo para alegrar sus paladares con la sabrosa fruta, sino para cooperar solidariamente con las Platoneras, que venden las piezas a unos 750 Pesos, unos 20 céntimos de Euro.
El chontadouro es uno de los productos más emblemáticos de Mercado Alameda –uno de los más importantes de Cali- aunque también llega masivamente, muchas veces desde el propio Cali, a Corabastos en Bogotá, uno de los mercados mayoristas más importantes del mundo, desde donde se distribuye nacional e internacionalmente.
En Costa Rica cuentan desde 1993 con un gran evento anual dedicado al chontaduro, un festival llamado «Feria Nacional Del Pejibaye» que se celebra en Tucurrique (Cartago), organizada por el Centro Agrícola Cantonal de Jiménez-Tucurrique. Se celebra en el mes de octubre y es una fiesta popular en la que intervienen la gastronomía, el folclore, expositores, desfiles, manifestaciones artísticas y la música. La fruta tiene tanta ascendencia en esta población de origen indígena, que cuentan con más de 150 productores dedicados a su cultivo.
El objetivo primordial de esta Feria es promocionar el consumo del pejibaye (nombre del chontaduro en Costa Rica), y de sus derivados, rescatando valores y tradiciones propias de la cultura en torno al fruto que genera riqueza y trabajo, siendo la principal fuente de ingresos de la zona.