Europa comienza a comer insectos
Las grandes superficies de alimentación y los restaurantes de la Unión Europa están introduciendo tímidamente los insectos en la dieta de los europeos.
José Manuel Iglesias, WGI Secretary-General
La entomofagia es una tendencia en alza en el conocido como «el viejo continente». Este hábito alimentario consistente en la ingesta de insectos, artrópodos y arácnidos, cada vez más es más frecuente en Europa, al igual que ocurre en otros lugares del planeta como Latinoamérica, Asia, Australia o África, donde degustar un grillo frito o comer una tarántula asada es algo habitual.
Los insectos son un recurso alimentario presente en muchas culturas y sociedades, llegando a ser considerado por la FAO Organización para la Alimentación y Agricultura de ONU) como una de las posibles soluciones al problema del hambre, según declaraciones de la consultora especializada Giulia Muir.
En el pasado europeo los insectos sí eran consumidos y apreciados, según narra Plinio el Viejo en su Naturalis Historia, en donde reseña que los patricios de la Antigua Roma gustaban de comer insectos criados en vino y harina, pero en Europa moderna no han permanecido dichos hábitos y no hay tradición entomofágica, siendo buena prueba de ello que hasta 2018 no ha existido una regulación para su comercialización y consumo como producto alimentario, pero a nuevos tiempos, nuevas costumbres y la Comisión Europa ha reglamentado el sector, abriendo todo un campo de negocio a las empresas y ofreciendo una alternativa alimentaria a los ciudadanos.
Un alimento todo ventajas
Los insectos son muy ricos en proteínas, aminoácidos, ácidos grasos, minerales como hierro o calcio y vitaminas como la B12. Y además de sano, pueden ser deliciosos. Más allá de su consumo en zonas rurales o de naturalezas selváticas, también son consumidos en numerosos núcleos urbanos, y en gastronomías como la mexicana, es habitual que los niños los disfruten azucarados, como golosina, así como por ejemplo en Tailandia es normal encontrar puestos callejeros con insectos fritos o preparados a la brasa.
Otro de los valores de los insectos de uso alimentario es que consumen muy pocos recursos hídricos y no producen gases de efecto invernadero, por lo que son considerados un alimento «Enviromentally Friendly» (Amigo del Medioambiente).
Se conocen más de 1900 especies de insectos que son consumidos a diario por millones e personas, ya que tienen más proteínas que la carne, 60 gramos de insectos tienen las mismas proteínas que un filete de 800 gramos. Los europeos no pueden permanecer ajenos a una fuente de aportes tan rica como sostenible y sana.
Presencia en los comercios
La multinacional francesa Carrefour ha entrado en el juego, llevando a la cesta de la compra a los insectos comestibles de los europeos, lo que previsiblemente redundará en popularizar su consumo. Este gigante de la distribución ha puesto en los estantes de sus lineales diversos insectos, que llegan preparados para comer y con todos los permisos requeridos. En la oferta de muchas de las tiendas de Carrefour ya se pueden encontrar nutritivos ´Grillos con cebolla ahumada y salsa barbacoa` o crujientes Gusanos, aliñados con chilli picante o a las finas hierbas. Por el momento esto puede considerarse una curiosidad, un delicatesen para gourmets, pero la penetración en los hábitos comienza por un primer paso y cada vez habrá más gente que pierda el miedo deje atrás los tabúes para comer insectos, y en lugar de ser unos snacks originales o un toque en la ensalada, empezarán a consumirse como ingrediente de primer orden.
Los grandes almacenes británicos Selfridges venden en su Foodhall unas exquisitas Hormigas gigantes cubiertas de chocolate, elaboradas por Edible.
También son destacables algunos pequeños negocios centrados en los insectos comestibles que han surgido gracia a la nueva legislación europea, como BCN Insects, un comercio ubicado en el Mercado de la Boquería de Barcelona (España) que acerca al público gusanos del bambú, grillos gigantes, hormigas culonas o chapulines, presentados como snacks de aperitivo, al peso para cocina, en forma de caramelos o dentro de licores.
La industria experimenta con insectos
Hasta hace poco encontrar insectos en un restaurante en Europa no sólo era inusual, era además alegal y algunas iniciativas de emprendedores se encontraron con numerosos problemas con las autoridades sanitarias por culpa de la falta de legislación, algo que ha empezado a poner remedio la Comisión de la UE con ls medidas adoptadas para facilitar la introducción en la cadena alimentaria de productos tradicionales de terceros países, que tengan un historial demostrado de seguridad.
La iniciativa administrativa supranacional de la UE ha abierto el camino a empresas que apuestan por importar insectos comestibles e incluso a que se creen compañías productoras, como MealFood Europe, con instalaciones dedicadas a la cría del Tenebrio molitor, un pequeño escarabajo que en su fase larvaria es conocido como ´Gusano de la harina` , muy apreciado gastronómica y nutricionalmente. Insectfit por su parte, comercializa barritas energéticas preparadas con harina de insectos e investiga en la salida al mercado de otro productos, como el Grillo común.
Antes de implementarse como ingrediente usual en los hogares, es lógico que la introducción de lo insectos en la dieta europea empiece en restaurantes de vanguardia. Al igual que ocurre en Estados Unido, es posible encontrar platos elaborados con insectos en restaurantes especializados en cocina mexicana (no es complicado hallar ´Tacos` que contengan saltamontes o grillos), tailandesa o camboyana, pero también los establecimientos de cocinas locales están descubriendo el atractivo de la entomofagia. Por el momento sólo es una tendencia y seguramente un argumento de marketing para captar clientes ávidos de sensaciones y novedades, pero a medida que se pierdan prejuicios, será posible encontrar más insectos en las recetas de los chefs y al alcance del consumidor.
Entre los numerosos restaurantes que están incluyendo insectos en sus menús en Europa, pueden encontrarse de forma más habitual en las grandes capitales.
En París (Francia) en el bar Le Festin Nu el comensal puede encontrar por las noches snacks de grillos, escorpiones o gusanos de seda; y cada último martes de mes en el bar Jimini´s (marca coincidente con una empresa importadora) sirven un aperitivo con insectos comestibles.
En Londres, en el restaurante Archipiélago sirven deliciosos bocados de Escorpiones y Langostas cubiertos con chocolate, además de otros insectos crujientes como el coleóptero Lovebug, o Saltamontes. Dando un paso más allá del conocido mundialmente ´Mezcal con gusano` mexicano, en el bar-restaurante Nightjar se puede disfrutar de un cóctel llamado Inca, que incluye vino chileno, tequila, guindillas y gusanos, concretamente larvas de escarabajo búfalo.
La oferta de restaurantes amigos de los insectos va creciendo, siguiendo los ejemplos de establecimientos como B34 Steak & Burger House en Bruselas o BenSBugS en Beringen (Bélgica), BesteInsekten en Hamburgo (Alemania), Zielou en Madrid (España),Bugalicious o Bugbon en los Países Bajos.
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